Esta tableta de Google tiene lo mejor y lo peor de las tabletas, pero el resultado es un buen producto. Su pantalla es de gran calidad, acompañado de un gran procesador y memoria como para funcionar fluidamente con Android 6.0 con el que llega preinstalado, aunque de vez en cuando de problemas puntuales, a pulir en futuras actualizaciones como es habitual.

Cuenta con una buena duración de batería, buena calidad de sonido y unas cámara normal (tampoco es que sea la mejor plataforma para tomar fotos). Pero a su vez, la Pixel C es la evidencia de que Android no está hecho para la productividad, ya que carece de cosas básicas como multiventana, y muchas de las aplicaciones más populares de Android no están adaptadas para tableta.